1.2.09




Darme cuenta de los días. Darme cuenta. A pesar de saberse necesarios para ser.
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Hay, dentro mío, objetos capaces de lograr lo ya olvidado. Justamente por eso, interiormente, por eso. Y hay, también, pedacitos de colores de papel. En sus manos, en el aire, en mi piel. Y si acaso lo entiendes, es porque entonces, quizás, como todo, sean tus manos aquéllas. Tu aire. Tu piel.
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Regalar al aire silencio. Una palabra infinita. Y regalártela, cuando ya no me entiendas. Y darte todo, todo el aire que pueda. Y mi garganta, mi voz. Querer, entonces, formar parte. Contarte que es necesario el dolor aunque lo sepas. Por el sólo hecho.
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Paredes, detrás de mí. Miradas. Presente, hoy, ahora. Tu nombre.
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Demasiado.

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