Palabras, como las maderas flojas de un puente.
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Se miró. Intentó recordar el momento exacto en que había dejado de ser en su cuerpo, en cada milímetro de piel, de músculo; de sangre y oxígeno. Se miró, y allí estaba devuelta, la figura invertida en el rectángulo de vidrio; su pelo, sus ojos, sus manos.
-Hacía ya tanto tiempo...
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