Quizás, en este preciso momento, las puertas se estén abriendo.
Y las ventanas.
Quizás, en este preciso momento, se esté sucediendo un quiebre,
en tiempo y espacio,
y dentro del mismo tiempo y del mismo espacio
alguien los esté naciendo,
nuevos,
otros,
posibles.
*
Y entonces el miedo ya no es miedo exactamente,
el miedo se mezcla con lo desconocido por conocer,
con lo que ya se es y se está por ser.
Con la ansiedad desaparecida y recuperada y con mariposas.
En la garganta,
en los oídos,
en los ojos y en las manos.
El miedo ya no es miedo sino saberlo propio, hacerlo propio. Uno mismo.
Verdad y comienzo.
*
Quizás
en este preciso momento
ya no hayan puertas ni ventanas...
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