Miren al diablo danzando entre los vivos
salta y baila endemoniado como él sólo.
Ha descubierto que en la tierra
la felicidad se ha vuelto planta
y hay quien sabe cómo regarla.
Oigan, óiganlo graznar,
observen cómo tiembla
con el ritmo del sembrado.
El cielo se ha puesto negro,
el viento se lo ha de llevar.
Grita y aúlla el diablo asustado:
¡Alguien ha aprendido a amar!
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