26.9.15

Este nudo es algo más.

No está,
no tengo,
ausente.

Lleno y lleno porque lo lleno parece ocultar que me muero de inanición.

No encuentro mi voz.
La llené de huecos, de espacios vacíos,
de nada.

La llené con nada.

Y las palabras andan por ahí, escuálidas, gimiendo,
pidiendo a gritos el vientre que las hace dormir,
que las hace fundirse en la tibieza de lo oculto.

Andan por ahí, desnudas, bailando
como mujeres besadas por el diablo,
sacudiendo sus piernas y sus brazos, perdiendo pedazos.

Y todo eso,
todo ese danzar punzante,
todo ese quebrarse del tiempo se vuelve nudo.
Se vuelve nido.

Se vuelve nada.

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